Quienes Somos

Metapata es un emprendimiento solidario de comida vegana dónde intentamos volcar buena parte de nuestro trabajo en ayudar a quienes más lo necesitan: refugios de animales, personas en situación de vulnerabilidad, ollas populares, merenderos, entre otros.


Por qué Metapata?

1986-San José de Carrasco (Canelones)

Cómo todos los fines de semana, mi madre nos llevaba de visita a ver a sus viejos.

Para nosotros (Paty, Naty y yo) era hermoso.

Vivíamos en apartamento e ir a «la casa de la playa» era como un viaje , toda una aventura. Desde ir al «Control» (ex Terminal de ómnibus de Arenal grande) hasta bajar del ómnibus y sentir el aroma a eucaliptos que te llenaba el pecho.

-Respirá hondo que te hace bien» me decía mi vieja, ya que por él asma  el médico me recomendaba tomar aire fresco.

Llegar a la casita, ver al ta-ta  frente al tronco cortado, dándole pan a los gorriones no tenía precio.

El Topo venía corriendo a recibirnos  y movernos la cola, el paraíso en la entrada, el olor a comida de la abuela… la arena, el sol y la tibia brisa, era perfecto.

Ese año, tenía 9, mi abuelo Oscar saca mi Ondina rodado 12 del galpón, y me dice : 

_hoy le vamos a sacar las rueditas 

mis ojos seguramente salieron despegados de mi rostro porque enseguida me dijo :

_ …pero no te preocupes que yo te voy agarrando.

Bueno, me quede tranquilo.

El ta-ta me quería, no me iba a dejar caer.

Así que nos aventuramos en aquella calle de tierra, a puro pedal …

_Vos pedaleá que yo te voy agarrando 

Como confiaba ciegamente en sus palabras le prendí con todas mis fuerzas a esa chiva hasta sacarle chispas.

Al rato de pedalear y viendo que llegaba a la esquina pregunto:

_ta-ta , voy frenando? A lo que nadie responde.

Cuidadosamente freno y miro hacia atrás. 

Veo a mi abuelo con una sonrisa asintiendo con la cabeza como diciendo : 

_Viste que podés.

Al otro fin de semana ya estaba listo para «salir a andar».

El abuelo saca su bici rodado 26 , azul, cuadro empipado y con su estuche de herramientas por cualquier inconveniente.
Yo, con mi ondina rodado 12 .

Listos para adentrarnos en aquellos montes, (ahora ya repletos de edificaciones y calles de cemento) a cruzar riachuelos,  encontrar nidos de víboras, Jaurías de perros…

Horas y horas pedaleando.

Cada tanto nos cruzábamos con algún partido de fútbol y parábamos a jugar un «2 contra 2 «.
Alguna feria se nos cruzaba, elegíamos una pera gigante y seguíamos pedaleando.

Hoy pienso en los kilómetros que hacíamos, realmente eran muchos, pero no había un solo día que no quisiera ir …

34 años después, miro aquello  y me doy cuenta de todo.

Muchas veces, en esas salidas a pedalear,  quedaba exhausto, sin aliento.

Y él repetía algo, que de alguna manera hasta hoy  tiene significado: 

Metapata , metapata!

El abuelo me enseñó a levantarme, una y otra vez, cuando ya no daba más, cuando creía que ya no podría…

La vida tiene esas cosas inexplicables, pero paradójicamente muy elocuentes.

Agustín, mi hijo mayor, aprendió a andar en bicicleta a los 9 años y con el mismo método. Salvador, mi hijo menor, aprende a los 9 años, también con el mismo método.

A diferencia de que ahora es a mí a quién le toca decir :

Metapata, metapata!


Entrevista completa para el ciclo de emprendedores del programa Encuentro Central de TNU